Es el número 1 en ventas en EEUU, acaba de recibir tres premios de la cadena MTV y sus seguidoras se agolpan allá donde va, pero a menudo son las cosas más sencillas las que más ansían las estrellas. Justin Bieber, que ha presentado hoy en Madrid su disco navideño, sólo le pide al Nuevo Año estar con su familia.
"Echo de menos a mis amigos y a mi familia, pero todo esto me está permitiendo viajar por todo el mundo", asegura el joven artista canadiense, de 17 años, que acaba de publicar en todo el mundo su disco "Under The Mistletoe", en el que colaboran estrellas del rythm & blues como Mariah Carey, Usher o Boyz II Men.
Bieber, que rechaza la etiqueta de divo, comenta que su meta es convertirse en un "icono", aunque dice no saber cuánto tiempo le llevará esa ardua empresa.
Hablando de modelos a seguir, en la particular versión del tamborilero que ha incluido en su nuevo disco, Bieber declara: "Soy tan malo como Michael", haciendo un juego de palabras que alude al célebre tema de Michael Jackson "Bad".
"Creo que cualquiera querría ser tan genial como Michael Jackson, es mi máximo referente", afirma.
Otro de sus iconos es sin duda el artista estadounidense Usher, que colabora en el tema "The Christmas Song (Chestnuts Roasting on An Open Fire)" y que, además de postularse como el principal impulsor de su carrera, se ha convertido en su mentor.
"Me encanta el nuevo estilo que Usher le ha dado a su música", dice Bieber sobre las melodías "dance" de sus últimas grabaciones, aunque para sus próximos discos, él tiene en mente otro referente, el de su tocayo, Justin Timberlake y su experimental disco "FutureSex/LoveSounds" (2006).
El ritmo de una estrella mundial es intenso, así que a 2012 le pide solamente pasar más tiempo con su familia.
Precisamente porque no puede verlos todo lo que quiere, dice que las Navidades constituyen ese momento especial al cabo del año, en el que puede juntarse con los suyos.
Haciéndose gala de espíritu navideño, Bieber asegura que le encanta regalar, más que recibir. De hecho, la cadena MTV le hizo acreedor en la última y reciente edición de sus premios europeos de una distinción por su trabajo con asociaciones benéficas en múltiples puntos del mundo.
"Creo que dar es la mejor parte de las Navidades. Me encanta poder ayudar a la gente", asegura este músico, que hace nada era un niño que brincaba escaleras abajo en busca del regalo que más ilusión le ha hecho nunca, una bicicleta roja que no pudo estrenar por culpa de la nieve. EFE
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