Justin Bieber es un nuevo prodigio de la industria musical, pero podría sufrir el ‘síndrome de Peter Pan’. Con 16 años ha batido récords de premios, visitas en YouTube para ver sus videoclips y ha hecho frente a otros fenómenos de masas como Lady Gaga. Pero Justin Bieber tiene un problema: se está haciendo mayor y, algo normal para un adolescente de su edad puede suponer una auténtica ‘tragedia’ para un chico que tiene como público mayoritario a gente muy joven. Puede que tras su característico y permanente corte de pelo se esconda una estrategia de marketing para retrasar su cambio físico u hormonal, que se hará evidente en las tonalidades de la voz, que pronto cambiarán.
Como un Peter Pan moderno, Justin Bieber ‘no puede crecer’. O mejor dicho, los responsables que están detrás de este canadiense intentan evitar por todos los medios que ‘la gallina de los huevos de oro’ se esfume tan rápido. En sólo un año, Justin Bieber ha publicado su autobiografía, protagonizado una de las giras mundiales más largas y seguidas, y anunciado su incursión en el mundo del cine con una película sobre su vida que podría emitirse en 3D. “El evento más esperado de este año”, según los críticos. Así pues, corre peligro todo el ‘imperio Bieber’ si la leyes de la naturaleza siguen su curso. De ahí que se intente, por todos los medios, retrasar este momento y explotar la situación privilegiada que está viviendo el adolescente canadiense.
Justin Bieber sigue actuando como ‘un crío de su edad’, colgando fotos con sus amigos en el Twitter, jugando con cucharas o inmortalizando momentos con sus ídolos, como Rihanna. Incluso, el estilismo de Bieber es tan cuidado que no sale de los pantalones con cadenas, zapatillas de deporte y camisas abiertas con camisetas por debajo, incluyendo los auriculares enormes y de colores y las gorras de rapero. Un atuendo de un amante del hip- hop personificado en un chico de 16 años.
Justin Bieber nació el 1 de marzo de 1994 en Stratford, una ciudad de Canadá. Su madre lo tuvo muy joven y su padre los abandonó. Atraído por la música desde su infancia, aprendió a tocar la batería, piano, guitarra y trompeta. A la edad de doce años, asistió a un concurso de canto donde quedó en el segundo lugar. Para todos aquellos familiares y amigos que no podían verle en las actuaciones de los concursos, empezó a subir vídeos caseros a YouTube donde interpretaba sus canciones preferidas, dando lugar al fenómeno de masas actual.
Un día, un cazatalentos llamado Scooter, su manager hoy en día, vio sus videos. Contactó con él y le propuso trasladarse a Atlanta para ver si podía tener alguna oportunidad. Una vez allí tuvo una audición con Usher, su ‘padrino musical’. Y a partir de ahí surgió la historia. Actualmente, su padre ha pedido la custodia, pero su madre alegó que el progenitor era “inapropiado porque tiene problemas con el alcohol y drogas”. Justin Bieber jamás se ha pronunciado sobre el tema, pero ha afirmado que hoy en día sigue la batalla legal por su custodia. Un niño prodigio con muchos problemas que resolver.
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